Reflexiones

             

A lo largo de tantos años de servicio, me ha tocado vivir muchas experiencias, diversas formas de enseñanza-aprendizaje, Reformas Educativas. Me inicié como profesora tradicionalista, en donde el que tiene todo el saber es el docente, en donde el alumno pasa a ser receptor de conocimientos, la época de la memorización, planas, cuestionarios y la única forma de evaluar era a través de un cuestionario. Se llevaba una carpeta de evidencias, pero ésta, era para que el padre de familia viera los trabajos de sus hijos, no tenía carácter evaluativo. No puedo decir que todo era malo, ni tampoco puedo decir que de lo actual todo sea bueno. Si analizo el acuerdo 696. Evaluación como  parte del proceso de estudio. Planificar para estudio y aprendizaje. El alumno consiente de su aprendizaje. Dar importancia al proceso, no solo al resultado. Considerar necesidades de los alumnos. El desempeño se aprecie en distintas fuentes. Colaboración: docente, alumno y padre Actuar oportuno contra el rezago y deserción. Diría que es una maravilla, pero que pasa a la hora de la promoción. El alumno de primer grado es promovido a segundo por el simple hecho de haberlo cursado. ¿Qué sucede con esto?, que muchos niños pasan a segundo grado sin saber leer y escribir. Algunos en presilábico, no es cierto que aprendan sin problemas en segundo, son niños que se van rezagando y son niños que después se deprimen porque son objeto de bullying por parte de sus compañeros. Si vamos a los demás grados, también veo problemas en el hecho de que con dos asignaturas reprobadas puedan acreditar el grado porque esas asignaturas pueden ser español y matemáticas que son asignaturas básicas, esto no quiere decir que las demás no sean importantes, nada más que estas están consideradas dentro de la normalidad mínima. Anteriormente y  de esto no hace mucho, antes de este acuerdo, si un alumno reprobaba español o matemáticas tenía que repetir el año, puede sonar drástico, pero eso hacía que los padres de familia se preocuparan un poco más por la educación de sus hijos, así como el docente veía la forma de que sus alumnos lograrán cuando menos los conocimientos mínimos en esas asignaturas de acuerdo al grado para ser promovidos. Por lo anterior considero que en la actualidad esto requiere de mucha responsabilidad y profesionalismo de parte de cada uno de nosotros como docentes y de los padres de familia, que muchas veces no se hacen responsables de la educación de sus hijos y dejan todo en manos del docente.

Es necesario preguntarnos ¿qué tanto nos comprometemos para que nuestros alumnos salgan bien preparados para enfrentar los retos que pone la sociedad actual?

Durante el proceso de enseñanza-aprendizaje se va uno dando cuenta de las fallas que va uno teniendo, cuando como facilitador no logramos que los alumnos vayan construyendo su conocimiento, eso hace que se analice en qué hemos fallado. Retomar el camino y  hacer los ajustes necesarios a la planeación didáctica.

Considero que es necesario  llevar un portafolio de evidencias para que nos demos  cuenta de los avances que van teniendo  los alumnos de manera más objetiva, así como a detectar y atender las fortalezas y debilidades en el proceso educativo de cada alumno.

Ahora que tengo la oportunidad de reflexionar en qué he fallado para el logro de un mejor aprovechamientos en mis alumnos, me hace falta conocerlos mejor, partir de los conocimientos previos,  dar  mayor atención a los que tienen rezago educativo, prioridad a la resolución de problemas, retomar lo visto en primero y segundo grado de secundaria  y de ser necesario regresar a llenar esos espacios que son indispensables para la adquisición de nuevos conocimientos.

Estoy aprendiendo como elaborar un portafolio electrónico, me está costando trabajo porque me faltan muchos conocimientos sobre computación, pero estoy aprendiendo y es apasionante. Voy a llevar un curso intensivo de computación, pero que sea presencial para que me vayan orientando.